Ad Code



¿Quién se pronuncia ante el silencio? La impunidad tras el asesinato de MC Cub y Camila Ospitia


El 15 de agosto de 2024, la Comunidad del Bicho y el colectivo Distreestyle fueron sacudidos por un atroz acto de violencia que cobró la vida de Camilo Sánchez, conocido como MC Cub, y Camila Ospitia. Ambos jóvenes, comprometidos con la construcción de espacios culturales y sociales en el Parque Metropolitano del Porvenir, fueron brutalmente asesinados mientras realizaban una compra en una tienda cercana a la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.


Este trágico evento no es un hecho aislado, sino el resultado de una tensión latente que ha perdurado por años. El Parque del Porvenir, un espacio destinado a la comunidad, ha sido invadido por las dinámicas violentas del narcotráfico y las llamadas "ollas" de microtráfico, que operan en presunta connivencia con la Policía Nacional. La Comunidad del Bicho y los colectivos que trabajan en el parque han denunciado repetidamente la violencia y hostigamiento que han enfrentado por parte de estas organizaciones criminales y, en muchos casos, de las propias autoridades que deberían protegerlos.

La muerte de MC Cub y Camila Ospitia no solo es una pérdida irreparable para sus familias y amigos, sino también un golpe devastador para el movimiento cultural y social que ambos representaban. Camilo Sánchez fue un pilar del colectivo Distreestyle, dedicado desde 2019 a la promoción del arte Hip Hop y la creación de espacios de resistencia cultural. Camila, a sus menos de 20 años, era una joven llena de vida, comprometida con la construcción de una comunidad mejor, participando activamente en las siembras de la huerta y en los viernes de Freestyle.

Frente a este atentado, la respuesta institucional ha sido insuficiente y decepcionante. A pesar de la gravedad de los hechos, la única acción visible del presidente fue un escueto tuit donde ordenaba a la policía investigar. Sin embargo, más allá de este comunicado en redes sociales, no se ha observado ninguna acción concreta ni un seguimiento riguroso al caso. Las investigaciones parecen haberse quedado en promesas vacías, y la justicia, en la inacción.

La pregunta que surge es: ¿Quién hará frente a esta violencia? ¿Quién protegerá a los jóvenes que, con su arte y su trabajo comunitario, intentan transformar nuestros barrios? La impunidad y la falta de acción por parte de las autoridades solo fortalecen la percepción de que la vida en estos espacios es desechable, que la cultura y la resistencia son obstáculos a ser eliminados en lugar de ser protegidos.

Es momento de exigir más que palabras y comunicados de prensa. Es momento de demandar justicia real, de que las instituciones actúen con la rigurosidad y la profundidad que la situación amerita. No podemos permitir que las muertes de MC Cub y Camila Ospitia se conviertan en un número más en la lista de víctimas de la violencia. Su memoria debe ser honrada con acciones concretas que aseguren que ningún otro joven comprometido con su comunidad sufra el mismo destino.

Porque por nuestros muertos no habrá un minuto de silencio, sino toda una vida de combate. Que la tierra les sea leve a Camilo y Camila, y que sus sueños de un mundo mejor continúen inspirándonos en esta lucha incansable.

Publicar un comentario

0 Comentarios