Martin Shkreli es uno de los tipos más nefastos que pueden existir sobre la faz de la tierra: resulta que el año pasado, la farmacaeútica de la cual es dueño, compró los derechos de venta del medicamento que deben usar los enfermos del sida y los subió a 5.000%. ¡Sí!, de esa clase de bestia humana estamos hablando, de lo más decadente que puede existir, de una lacra del capitalismo como dijeron alguna vez. De hecho, es tan malo este hombre que incluso Donald Trump lo considera un ser perverso.
Por todo eso y más, este hombre se convirtió en el hombre más odiado del mundo. Y ahora, tendremos otra razón más para odiarlo hasta el fin de los tiempos, pues sucede que este señor es el único propietario de la única y exclusiva copia del último disco de Wu-Tang Clan, Once upon a time in Shaolin (2015).
Toda esa historia comenzó cuando Robert Diggs, líder de Wu-Tang Clan, (uno de los grupos de hip hop más importantes de la historia), pensó que la mejor forma de despedirse como banda era realizando un disco que se convirtiera en una especie de tesoro cultural.
Entonces hicieron un album que tomó 6 años de preparación y que contaba con 31 canciones; además, se incluía un pequeño libro de 174 páginas diseñado por un artista marroqui. En síntesis, crearon un auténtico tesoro.
Hasta allí todo normal, hasta que a Diggs se le ocurre que el disco solo tendrá una copia y que ésta será vendida bajo un contrato que estipule que durante 88 años, nadie podrá hacer uso comercial de las canciones; es decir solo la persona dueña del disco podrá escucharlo durante 88 años y será el encargado de conservarlo hasta que las muy, muy, muy nuevas generaciones puedan oírlo.
Para vender el disco, se hizo una gran subasta en Marrakech (Marruecos), y entre todos los grandes millonarios que se encontraban en ese lugar, terminó siendo el “más malo de todos” quien se terminó llevando la única copia.
A los fans no le causó mucha gracia esta medida, aunque Diggs se defendió diciendo que era lo más antisistemático posible… Esperen, Wu Tang Clan, estamos ok con eso de no comercializar tu música y sí, puede ser super original que solo una persona en 88 años pueda escuchar tu música, pero finalmente, ¡LE DIERON SU OBRA A UN TIPO QUE CREE QUE CON EL DINERO SE PUEDE HACER ABSOLUTAMENTE TODO! Y eso es lo opuesto a lo que promueve la cultura del hip hop.
Pero bueno, finalmente el disco fue vendido por la suma de 1906771 dólares y hasta el día de hoy, no se sabe que pretende hacer Martin Shkreli con este. Para muchos, lo único que pretende este hombrecillo es llamar la atención. Lo cierto es que tras la compra del disco, Diggs fue a almorzar con el empresario y le consultó si es que iba a escuchar el disco; Shkreli le dijo que no tenía tiempo, pero que uno de los asistentes lo haría.
Actualmente, aparte de ese asistente, son escasas las personas que han disfrutado del álbum. Solo un grupo minúsculo de fanáticos pudo oír apenas 13 minutos en una sala del MoMA (Museo de Arte Moderno de Nueva York).
Por mucho tiempo, se especuló que Quentin Tarantino iba a ser el comprador del disco, lo que nos hubiera hecho más felices a todos, pero al final, el disco quedó en manos del hombre más odiado del mundo.
Qué hará Shkreli con un disco que ni siquiera pretende escuchar? ¿Porque lo hizo? ¿Cumplirá con el contrato especulado? ¿Engañará a Wu Tang-Clan? Ufff, son muchas las preguntas que se nos vienen encima. Lo cierto es que al menos de mi parte, no veo señales muy esperanzadoras, ¿será acaso que ahora Shkreli, quien ya dejó a muchas personas sin un medicamento de vida o muerte, pretende quitarnos la música solo para sentir el poder de su sucio y vil dinero?
No lo sé, pero hay algo que huele muy, pero muy mal. Así que mejor relajémonos con algo de música.
FUENTE ORIGINAL: www.upsocl.com
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