El intro es un juego de palabras con el poema ''Hay un país en el mundo'' de Pedro Mir, donde también expresa de alguna manera la opresión que ha sufrido el pueblo dominicano.
INTRO:
Hay un maíz en el mundo, colocado en el mismo trayecto de la col
Oriundo del sancoche; Colocado en una inverosímil cosecha bendecida por el sol,
Sencillamente frutal y vegetal. Sencillamente agreste y despoblado
Pero sobre todo: Sencillamente triste y oprimido.
VERSO 1:
Verduras, hortalizas, Legumbres que agonizan
Frutas muy sumisas y tubérculos con prisa…
A simple vista todo es una simple ensalada,
En trocitos la república está siendo rebanada,
Y a nadie le importa nada de lo que le afecta a todos,
El agua esta hirviendo, esperando ser sancocho.
Al presidente Ñame en el palacio Vegetal,
Le importa un pepino la tierra que hay por sembrar
La Cámara de rábanos acaba de firmar
Otra ley que solo a ellos ha de beneficiar,
Y para completar la lista de injusticias,
Existe la suprema corte alimenticia,
Muy ficticia, pues no es nada de alimentación
Más bien otra cosecha de la corrupción,
Nueces en estado de descomposición,
¿Los culpables quienes son?
¿De que esta hecho este sazón?
CORO:
Nos rebanan como papas para preparar puré con nuestra mente
Joder es esencial,
Hirviendo con impuestos bajo olla salarial;
Tenedores, nos machacan con facilidad.
Nepotismo que sazonan con pimienta y sal,
Pal’ de pesos de aderezo, reforma fiscal
Clientelismo, populismo; receta electoral
Gobernantes siempre ready pa’ este pueblo cocinar.
VERSO 2:
Ajíes caribes, ocupación delincuencial,
El sueldo cebolla no ayuda a la Pipiota Nacional,
Y todo se fermenta como un platano maduro
Las semillas que vienen se nos quedan sin futuro,
Las papas de la patria soñaron con la libertad,
Que fue arrebatada por batatas con maldad.
Se repite el revoltillo, una eterna faena
Se postulan los tomates, los ajos y berenjenas,
Que por cierto son los mismos de hace 30 años,
Con discursos añejados se completa el engaño;
Y año tras año las vitaminas son manipuladas
Y las pulpas del pueblo derramadas.
La apatía de cada fruto contribuye al problema,
No se puede permitir que llegue la última cena.
Ay, qué pena que cerebros de aceitunas
Se apropien del maíz, se devoren el país,
Nos arranquen de raíz…
[INTERLUDIO]
[CORO]
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