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Todos los ojos en 2pac

Todos los ojos en 2pac

Por JD Romero, @JD_Romero23 y Francis Rivilla, @FRHdFcS para; http://canitbeallsosimple.com/



“Todo el mundo está en guerra con diferentes cosas pero yo a veces estoy en guerra con mi propio corazón”
-Tupac Amaru Shakur

Asesinado a tiros con apenas 25 años, Tupac fue una persona y personaje complejo. Tal como veíamos en la magnífica película sobre Notorious Big que dirigió George Tillman Jr en 2009, 2Pac podría ser un revolucionario o un gangster sin escrúpulos al minuto siguiente, alguien capaz de obsesionarse con Biggie Smalls hasta el punto de amenazarlo de muerte reiteradamente en sus canciones y sin embargo vivir asustado a la sombra de Suge Knight (jefe de su propia discográfica en el momento de su muerte). El rapero nacido en Nueva York pero criado en Los Angeles podía rimar sobre la mujer como eje central del mundo y al siguiente tema decir que para él todas son unas putas, una mente contradictoria que sin embargo lo tenía todo para triunfar, y vaya si triunfó (artísticamente).





Con más de cien millones de discos vendidos Tupac tenía todas las características para ser exitoso en el mundo de la música en los años noventa: un carácter y letras subversivas con una elección de bases instrumentales completamente melódicas y limpias. El rapero era todo lo contrario al pop soft e inocente que había triunfado en la década de los ochenta con su imagen gangsta y sus rimas sobre violencia o revolución pero lo hacía eligiendo un contexto musical accesible, y no es que Tupac fuera comercial, pero tenemos que reconocer que su música era mucho más fácil, llamativa y apta para emisoras de radio y jóvenes de todo el mundo que los discos que en aquella época estaba sacando Mobb Deep, por poner un ejemplo de la costa contraria. La innata habilidad para rapear de Tupac tampoco le hizo mal, una facilidad para escupir rimas con unas entonaciones que amplificaban su mensaje y el valor de la música que le entregaban sus productores.


Tupac Amaru Shakur nació en Harlem (Nueva York) a principios de los setenta y -como estáis pensando- sus padres se inspiraron en el popular guerrero inca para bautizarlo. Afeni Shakur, madre de 2Pac era un miembro activo de los Panteras negras (organización política afroamericana influida por los pensamientos de Malcolm-X y Frantz Fanon) que fue absuelta de -ni más ni menos- 150 cargos el mismo mes del nacimiento del que luego se convirtiera en artista, entre esos cargos estaban los de “conspiración contra el gobierno de Estados Unidos”. Dicho esto, no resulta raro ver y disfrutar del lado más revolucionario y concienciado de Tupac como creador, en una mezcla tan extraña, incoherente como musicalmente exitosa entre la temática gangsta y la solidaridad e igualdad.
Respecto a su progenitor, Tupac nunca tuvo buenas palabras ya que básicamente lo abandonó a los seis años “Vino un día y me dijo que era mi padre, me dio dinero y nunca más volví a verlo“, el artista lo tacha de cobarde en una sus canciones, todo lo contrario de la imagen que tenía de su madre a la que alaba y ensalza en sus álbumes.
Parece claro que Tupac utilizó las artes como terapia escapista, con unos familiares continuamente entrando y saliendo de la cárcel (su padrastro, su tía…) y es que ya con doce años interpretó a Travis Younger en la obra A raising in the sun en el legendario teatro Apollo para posteriormente estudiar poesía, jazz, arte y ballet, habilidades interpretativas que supo explotar en el cine con Poetic Justice (John Singleton), Juice (Ernest R. Dickerson), Above the Rim (Jeff Pollack), Bullet (Julien Temple), La Sombra de los Culpables (Jim Kouf) o Gridlock’d, dirigida por Vondie Curtis-Hall y en la que compartía protagonismo con Tim Roth. Una carrera cinematográfica con buenas críticas como actor que -demasiado a menudo- es ignorada. Chapeau Tupac como artista multidisciplinar.

De nuevo en la actualidad dicen que todo vuelve. El mundillo de la música no iba a ser una excepción. Hay una corriente nostálgica con los años noventa que se ve plasmada en casi todo los géneros musicales, incluido el rap y el R&B. No sólo viejas glorias están re-editando álbumes de hace veintitantos años o reciclándose con producciones algo más actuales pero haciendo lo mismo que llevan haciendo toda la vida; el boom bap, por ejemplo, vuelve a estar de moda al igual que los sampleos souleros. El legado del rap de los benditos años noventa es más palpable si cabe hoy en día que en la última década.




Tupac se convirtió en uno de los mayores exponentes del sonido costa oeste (y de la historia del rap tras su muerte), también conocido como Makaveli {previously on #CIBASS http://canitbeallsosimple.com/2014/11/15/2pac-el-pulso-de-la-calle }. A finales de 1995 y tras cumplir nueve meses de prisión por un caso de abusos sexuales (durante los cuales su álbum Me Against the World vendió cifras astronómicas), Shakur es liberado gracias a la fianza de más de millón y medio de dólares depositada por Marion “Suge” Knight (ex jugador de Los Angeles Rams y gangster a media jornada) y Jimmy Iovine. A cambio, Tupac debería grabar tres álbumes para Interscope / Death Row Records. Con el doble álbum All Eyez On Me editado en febrero del 96, Tupac cumple las dos terceras partes del trato y le da un giro completo a su carrera. El hijo de los Panteras Negras, el poeta callejero que denunciaba las desigualdades sociales en los barrios marginales de Estados Unidos tendría un lapsus al más puro estilo Death Row, además de un cambio emocional en su vida, comenzando a vivir aterrorizado.

All Eyez On Me está salpicado por todos los defectos y virtudes de los discos sacados en aquella época por el sello de Suge Knight. Es un álbum en el que predominan la temática al más puro gangsta rap sobre como dominar los bajos fondos y los temas fiesteros de gran musicalidad plagados de excesos de drogas, alcohol y sexo. Producciones de Dat Nigga Daz y de un hasta entonces casi desconocido Johnny J dominan los créditos del álbum dándole ese sonido gangsta funk que se llevaba por entonces. El archiconocido Dr Dre solo le produjo dos temas; Can’t C Me (con la colaboración de George Clinton) y el mítico California Love, donde colabora el propio Dr Dre y el talk box de Roger Troutman, todo un éxito de radio y clubs que sigue sondando hoy día y es que California Love alcanzó el doble disco platino en ventas de singles. Para cerrar el cartel de productores, podemos encontrar entre los créditos a un grupo de beatmakers de élite (de la costa Oeste en su mayoría) como son Devante Swing (con una producción que dista bastante de su hasta entonces repertorio), DJ Quik, DJ Pooh, Rick Rock y QD3 (el hijo productor de Quincy Jones). Aparte de las colaboraciones ya mencionadas, 2pac contó con la ayuda de sus inseparables Outlaw Immortalz, el plantel de Death Row casi al completo (Tha Dogg Pound, Snoop Doggy Dogg, Danny Boy, Nate Dogg, Michel’le), una buena representación de rappers californianos (Rappin’ 4 Tay, C-Bo, Richie Rich, E-40, B-Legit), K-Ci and Jojo en el estribillo del How Do You Want It y Method Man y Redman como únicos representantes de la Costa Este, una única representación pero de bastante peso.



El paisaje musical de All eyez on me es variado dentro de una misma y gruesa línea: del digital explícito de Ambitionz az a ridah con el que abre el disco al porn funk de How do u want it, la gangsta 2 of Amerikaz most wanted junto a Snoop Dogg (Snoop Doggy Dogg en aquellos tiempos) la sincera y cruda Only god can judge me y las tranquilas (aunque no menos duras en temática) Life goes on o I ain’t mad at cha. Los samples utilizados iban de Quincy Jones, Prince, James Brown, The O’Jays a Joe Coker o Hank Crawford, sonido Death Row orgulloso lírica y musicalmente con un ritmo de vida completamente coherente con sus textos.
Como resultado, más de diez millones de copias de este álbum han sido vendidas solo en Estados Unidos convirtiéndose en el mayor éxito comercial de 2pac, un disco de sonido limpio que alterna las baladas con la temática gangsta y los pincelazos sociales del artista californiano. Un disco que ha trascendido lo temporal y que aún a día de hoy sigue estando (o debería) en las estanterías de todos los bboys del mundo, All eyez on me es una especia de captura de un momento específico del rap de Estados Unidos, un momento agrio y violento pero más que reseñable musicalmente y el súmmun creativo de un artista tan polémico como inigualable.

Live by the gun die by the gun.



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